lunes, 3 de junio de 2019

Sexo sentido.

Me he enamorado de su sonrisa (otra vez ). Me paraliza ese sexo sentido, vaya sexto* sentido, ese que prevee mis actos, aquel que le indica que pasos seguir.

Da miedo seguir saltando al vacío imperioso a nuestra vera, el vértigo me da cosita en la tripita y sé que es vértigo porque las maripositas no son lo que eran.
Las maripositas son ilusiones que terminan siendo vértigo cuando todo fluye y dicen que nada influye.
Pero, tú, sí tu.
Habiamos sido dos fieras inquietas revueltas de pasión profunda y es que tu en el fondo tenías idea de lo que te quería decir.

Los besos nos callaban; no hacía falta más que vernos. Nuestras miradas y todo eso que se supone que hacen los enamorados en un banco con un fondo tierno de dos cisnes formando un corazón.
No quiero ser la típica enamorada idolatrada, no quiero tener cursiladas. Yo tan fría como de costumbre.

Me gusta inquietarte, y mirar como te revuelves de emoción me paraliza. Esa sombra de noche pegada a la pared, esas bobadas tontas de cada vez que nos vemos, esas locuras intensas que logro sentir.
La canción aleatoria de spotify que me recuerda a ti, la foto de un coche en un burguer, el amanecer bajo las sábanas y ya sabes cada una de esas butterfly que dicen rondar en mi.


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