No sabe disimular decían, hola, creo que me pillé por el
caballero andante más oscuro de este planeta, pues es pecado mortal y de tal
importancia que me quiebra el alma.
Chiquitita pero grandota comunicaba aquella no dulce melodía,
aquellas estúpidas frases fueron las que quedaron gravado a fuego su identidad.
Cuando se conoce a una persona quizás un poco en profundidad es donde están los
verdaderos sueños y ganas dé.
Como cuando en todas las voces te confiesan que es el mejor
entre muchos, su movimiento gregoriano y su delicadeza que suelta al mirar
(me), quisiera admitir que ese (me) es real y fascinante. Bailar con total
descaro y afinidad, pisarnos entre bachata y bachata, reírnos hasta el amanecer
de las ridiculeces pisadas en aquella discoteca. Seguía mi paso, me ayudaba a
no perderme y dejaba que fuese libre cual pajarito libre con su querida pilonga.
Joder que vale oro y a veces me rechina el alma cuando esa pe**a se interpone de
nuevo en su vida, se me agarra un noseque en el estómago y es que, esta idiota
no aprende.
De vez en cuando lo prohibido y cohibido es lo que nadie entiende,
y te preguntas si es malo, o sea, soy humana y persona, no sé si por error y equivocación
el masoquismo me llama una y mil veces.
Y aunque mis ganas de aquel o-o lleno de alegría y diversión
no cesan, a veces y solo a veces siento bien poco su presencia. Claro que
puedes estar presente de varias formas en esta vida y es que aquel individuo me
habla sorprendiéndome el doble y de nuevo la vuelvo a tener en mi cabeza, dos hemisferios,
una elección; una única posibilidad. Y hay temor a perder el doble de lo que
pierdes no arriesgando. Y que haría mi ser sin nada, NADA, “quien no arriesga
no gana”. Confío en el destino a que me vuelva a poner de nuevo la piedrita
brillante y esta vez poder agarrarla fuerte como si no hubiera un mañana, hasta
entonces.
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