miércoles, 20 de febrero de 2019

Abre paréntesis; ahora ciérralo

Ansiedad es ese sentimiento de impotencia que te da cuando ocurren cosas inesperadas, o bien por tu propia responsabilidad o por culpa del resto.
Es difícil llevar un día normal si llevas toda la noche soñando con muerte, secuestro y violación, de repente despiertas entre sudores fríos de gran intensidad, que te dejaron la boca seca e inconscientemente apareciste desnuda y con un frio destemplado. Ansiedad es no poder recordar con claridad que hizo que te desnudaras entera, es el hecho de comerte la cabeza entre palabras y letras encontrando una explicación inexistente. Y ese es el verdadero problema, que no existen explicaciones mientras que tú buscas desesperadamente.
Se acerca el amanecer, la luna ya dejó de brillar y con ello aparece el sol, ternura por dejar de pensar es lo que quieres, pero te destruyes más con los cascos puestos en un autobús lleno de gente. Te miran, ¿Qué miraran?, no sé, pero hoy no te importa hoy estas más en tu mundo interior que en cualquier otro y así los kilómetros van recorriendo, dejando a su paso bocanadas de aire caliente. Y te preguntas si tu mirada no dice nada, no sé, yo me veo apagada, sin ganas de llorar, pero con ganas de abrazar sombras. Levantarse con la cabeza alta a pesar de- camuflando el pequeño careto con un poco de sombra aquí sombra allá, un espejo de cristal dejándome mirar.
Tiemblas, la mano te falla y el cuerpo se desarma, te mueves y no dejas pasar el más mínimo rebote de razón por la ventana, aire, necesitas aire, acabas de tocar fondo y la esquina de la columna de la universidad es lo único que te refugia, estas en un lugar apartado de los tuyos donde nadie va a salir corriendo a buscarte a ver si te da otro ataque de ansiedad, dejas que a su paso piensen lo que quieran, “que estúpida esta que llora por no hacer las tareas” nadie preguntó al volver nada, nadie me dio el abrazo que aunque no me lo esperaba tenia la necesidad de sentirlo, falso pero presente. Me recompuse, sé cómo evadirme y sonreír, y así fue como nadie se dio cuenta de nada, aunque dejé ver mis debilidades llamadas lágrimas.
Me tentaba, me tentabaaaaas ir a abrazarte, eres el único que me queda sin juzgarme, no sabes nada y eso me da más confianza.                                                                                                                     Soy una puta loca a punto de estallar los números me vuelan en distintos idiomas y yo ya no sé que se supone que debo sentir “da la talla como hija, como hermana” que alguien me explique que se supone que significa “dar la talla” porque que yo sepa no soy un trozo de madera para cortar a tu antojo y a la medida que tú quieras pa-pa. Y dolía sentir el odio en esas palabras y temblaba porque todo me recordaba.
Odio en lo que me he convertido, odio sentirme la esclava de tus antojos y el mensajito de las 4 de la mañana, odio todo lo que me has dicho, te odio a ti por quererme tan mal y egoístamente.
“A ver si espabilas y abres los ojos para ver la realidad, que se note que te estoy pagando la universidad” Me rompiste pa, me recontra rompiste, ojalá en la universidad me dieran una clase de cómo afrontarTE psicológicamente porque emocionalmente me tienes destrozada.
¿Y si pido ayuda a gritos? Y si, ¿no? ¿Quién me va a escribir ese mensaje inesperado de preocupación por mí? Aquí sigo, aprendiendo a no esperar.
Se me acusa de exagerada señoría y eso me quita aún mas las ganas de vivir.

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