Quizas existan momentos para ser congelados y no seguir más. A menudo solemos olvidar los detalles que rodean nuestro mundo, aunque también es cierto que, apreciamos bien poco la existencia de las cosas, y digo cosas porque las personas finalmente terminan olvidandote y haciendo de ti un papel quemado que solo recuerda la brisa que te llevó. Las cosas, lo material es lo que persiste aunque el tiempo olvide, es la música abstracta lo que te mantiene una mañanas en pie y vivo, es aquel gatito que te regalaron de pequeño a quien de vez en cuando abrazas, es tu lápiz y papel quien escucha todas tus alegrias y agonias.
La forma de ver la vida hace que nuestros corazones olviden quienes somos, a que venimos y porqué estamos aquí.
De vez en cuando me pregunto, cómo sería la sociedad si por un momento alzara la vista y viera a todos por igual, sin ninguna clase social que nos divida, sin diferencias ni peros, sin prejuicios que te dañen como persona.
Algunas personas tenemos una perspectiva de la vida que hace que el mundo nos dañe como hojas del otoño que caen en el suelo esperando ser pisadas.
